Todo lo que debes saber sobre la erótica del poder

 

¿Nunca has sentido atracción por un superior, por alguien con una posición por encima de la tuya? Lo más probable es que sí y la explicación te la da la erótica del poder, el deseo por el macho o la hembra alfa. Una persona en la que, probablemente, no te fijarías, si estuviese en otra posición diferente; pero que, por su posición destacada, despierta tu apetito e instinto sexual. Quieres que sea tuya y los ejemplos públicos que tenemos no son pocos.

La erótica del poder en las altas esferas

Si nos fijamos en la propia definición de “erótica” en el Diccionario de la RAE, vemos que nos habla de atracción muy intensa por el poder, el dinero, la fama, etc. Una atracción similar a la sexual. Y es un sentimiento doble. Lo habitual es que seas una mujer joven atraída por un hombre más mayor que posee dinero, poder o una excelente situación social o un hombre que ves en estas mujeres el perfil que otras no pueden conseguir.

Es lo que todos conocemos como mujer trofeo, aunque también podemos encontrarnos con la situación inversa. A lo largo de la Historia, se ha dado un sinfín de ejemplos de la erótica del poder en todas las instancias y civilizaciones. Por ejemplo, Cleopatra conquistó a Julio César y Marco Antonio; y, si no lo consiguió con Octavio Augusto, fue por su frialdad.

Entre los ejemplos actuales de la erótica del poder, vemos los siguientes: Felipe VI, que, siendo príncipe, se casó con una plebeya; políticos como los franceses Sarkozy y Hollande, que dejaron a sus mujeres por artistas más jóvenes o Macron, casado con su profesora; Al Pacino, Rod Stewart y Harrison Ford también tienen mujeres más jóvenes; y Donald Trump, Flavio Briattore y Hugh Hefner, el fallecido dueño de Playboy, que era 33 años mayor que su mujer.

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